Semanario REGION®

Del 13 al 20 de abril de 2017 - Año 27 - Nº 1.266 - R.N.P.I. Nº 359581

Profundo malestar entre los cazadores pampeanos

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La Reglamentación de la actual Temporada de Caza y Pesca 2017 en la provincia de La Pampa, según los deportistas, hace peligrar la supervivencia de la actividad.
Los involucrados estiman que la voracidad estatal por “cerrar” datos para poder recaudar cada vez más impuestos -como si hubiera pocos-, hace que la tarea de conseguir la certificación de un “Campo Inscripto”, sea una peripecia burocrática que en su ejecución, es lejana a la cotidianeidad de la gente que vive de la actividad agropecuaria.
No se refieren -aclaran- a las empresas que se desempeñan como cotos de caza -en muchos casos estancias con hotelería y amenities preparadas para este segmento del “turismo cinegético”-, que son organizaciones que cuentan con profesionales y estudios que están “para hacer los papeles”, con especialistas de la producción agropecuaria para lograr el máximo rinde de cada predio y mantener todo en orden.

Las “peripecias burocráticas” le pegan directamente al hombre común de campo, que en muchos casos, abre su predio a los amigos y a gente conocida, que se conforman con la generosidad de los que van a divertirse y quizá le dejan la carne producto de la cacería, o una buena propina. O bien se dan por satisfechos tan solo con que le ayuden a lograr un mejor equilibrio ecológico en sus tierras de producción.
Cazadores y pescadores opinan que quienes dan letra a las reglamentaciones -y quienes firman lo que se decreta-, no advierten las complicaciones que acarrean con trámites engorrosos que bien podrían ser simplificados y no por ello, estar fuera de las normas.

A esto se suma la molestia de los cazadores a las nuevas disposiciones introducidas, con las que para ir a cazar con la esposa, por ejemplo, deben completar una planilla de ‘Permiso de Acompañante’...
Ni hablar de concurrir con un hijo menor de 18 años a ejercitar una de las más antiguas prácticas de la humanidad... imposible hacerlo legalmente...

El resultado es que hay menos campos dónde ir a cazar y hay más personas cazando fuera de la ley, pero no porque se hayan salido de los márgenes, sino porque las Autoridades van corriendo los límites más allá de lo razonable.

Fuente: Revista “Aire Libre”